domingo, 9 de agosto de 2015

Fragmentos de: Yo Antes de Ti de Jojo Moyes



Hola gente! lo primero que les diré antes de que me maten  es que LAMENTO tenerlos tan abandonados, sólo diré que el mundo es cruel (bastante en realidad) así que para minimizar su odio hacia mí y hacia este mundo cruel les traigo los fragmentos *frases* de un libro que sé que muchos de ustedes AMAN con locura al igual que yo... Así que gente PREPÁRENSE para escuchar *leer* las frases más jodidamente GENIALES de Yo Antes de Ti de Jojo Moyes YEII!! 


Fragmentos:
Louisa Clark *Lou*

“Le conté la historia de dos personas. Dos personas que no deberían haberse conocido y que al principio no se cayeron demasiado bien, pero que descubrieron que eran la únicas dos personas en el mundo que podrían comprenderse”(pag 246)

Aparte de un gusto exótico en cuestiones de ropa y de ser un poco baja, no había gran cosa que me diferenciase de cualquier persona con quien me cruzaba por la calle. Probablemente, no me mirarías dos veces. Una muchacha del montón, que llevaba una vida corriente. En realidad, me iba bien así.” (pag 16)

“A veces me preguntaba si era un mecanismo de defensa, si la única manera de sobrellevar esa vida era fingir que no era él a quien le ocurría todo eso.” (pag 34)

“Cuando abría los ojos su expresión era más dulce, como la de alguien que se despierta de un sueño agradable” (Pag 150)

"Por primera vez en la vida, intenté no pensar en el futuro. Intenté existir sin más, dejar que las sensaciones de la noche me invadieran." (pag 217)

“No sabía que la música era capaz de abrir puertas dentro de uno mismo, de transportarte a un lugar que ni el compositor habría previsto.Dejaba huellas alrededor de nosotros, como si arrastraramos su estela allá donde fuéramos”(pag 112)

Me sentía como mi hermana cuando dio a luz a Thomas. «Es como si mirara por un embudo», me dijo. «El mundo se ha encogido y solo somos él y yo» (pag 213)

Will no dijo nada. Sus ojos bucearon en los míos y vi en ellos el enorme peso de la tristeza.

Entrelacé mis dedos con los suyos y sentí la calidez de sus manos como una forma de
consuelo. (pag 139)

Le conté cómo veía esas caras cada vez que me aventuraba a salir del pueblo, y cómo Patrick y mi madre y mi padre y mi vida pequeña estaban bien para mí, con todos sus problemas y limitaciones. Así me sentía a salvo.” (pag 170)

Sobre nosotros el cielo se había vuelto inalcanzable e infinito.” (pag 170)

“¿Qué puedo decir? Era una niña lista. Yo también
pensaba que las Bellas Durmientes eran muy cursis.”(pag 13)

“Hay horas normales y hay horas yermas, en las que el tiempo se estanca y se desliza, donde la vida (la vida real) solo existe en otro lugar.” (pag 57)

“si querías a alguien, ¿no era tu deber permanecer a su lado?
¿Ayudarlo a superar la depresión? ¿En la salud y en la enfermedad y todo eso?” (pag 40)

Comprendí que había dado por supuesto que su silla de ruedas sería una barrera, que su discapacidad impediría toda sensualidad. Curiosamente, no fue así. Era imposible estar tan cerca de alguien, sentir la piel tirante bajo los dedos, inspirar el mismo aire que espiraba, sin perder un poco el equilibrio. (pag. 136)

Necesitaba decirle, en silencio, que las cosas cambian, crecen o se marchitan, pero que la vida sigue (pag. 147)

“Le había ofrecido todo lo que tenía, incluso a mí misma, y nada de lo que le

había mostrado le había convencido de que existía una razón para vivir.” (pag 225)

“¿Sabes lo difícil que es no decir nada? ¿A pesar de que hasta el último átomo de tu cuerpo se esfuerza en lo contrario?” (pag 242)

“¿Cómo es que tienes derecho a destrozarme la vida pero yo no tengo ningún poder en la tuya?” (pag 244)

Louisa Clark y Otros Personajes:


“No sé qué pensar. Solo sé que la mayor parte del tiempo preferiría estar con él antes que con cualquier otra persona.
—Incluido Patrick.
Y ahí estaba, a plena vista. La verdad es que apenas lograba aceptarlo yo misma.
Sentí que las mejillas se me ruborizaban.
—Sí —confesé al edredón—. A veces, sí.
—Joder —dijo mi hermana, al cabo de un minuto—. Y yo que pensaba que a mí me gustaba
complicarme la vida.” Lou y Treena (pag 194)

“—¿Sabes?, en realidad solo podemos ayudar a alguien que quiere ser ayudado”
Alicia y Lou (pag 37)

“—No —dije atropelladamente—. Bueno, espero que no. Tengo planes. Grandes planes. Luego te los enseño.
—Pero...
Estiré los brazos por encima de la cabeza y entrelacé los dedos.
—Pero... me gusta Will. Un montón.
Me estudió. Adoptó esa cara de pensar tan suya. No hay nada más aterrador que la expresiónpensativa de mi hermana cuando te clava la mirada.
—Oh, mierda.
—No...
—Vaya, esto sí que es interesante.
—Lo sé. —Dejé caer los brazos.”
(pag 194) Treena Clark y Loisa Clark

—¿Qué hago ahora, Treen?
—No sé si hay algo que puedas hacer. Dios. Todo lo que has hecho por él. Todo ese esfuerzo...
—Le dije que lo quería —confesó, la voz apenas un susurro—. Y él solo dijo que eso no era
suficiente. —Tenía los ojos sombríos, abiertos de par en par—. ¿Cómo voy a vivir después de eso? 
Yo soy quien lo sabe todo en la familia. Leo más que nadie. Voy a la universidad. Debo tener
respuestas para todo.
Pero miré a mi hermana mayor y negué con la cabeza.
—No tengo ni idea —dije.
(Pag 229) Treena Clark y Loisa Clark

—¿Estás bien? —dijo Nathan, que apareció a mi lado
—No —dije—. Y no quiero hablar de ello.
—¿Resaca?
—No.
Hubo un breve silencio.
—¿Esto significa lo que creo que significa? —De repente, se volvió sombrío.
(pag 224) Nathan y Lou


Louisa Clark y Will Traynor

—¿Qué te pasa?
—¿Qué quieres decir?
—Estás muy callada.
—Dijiste que querías que hablara menos.
—No tanto. Me estás asustando.
—Estoy bien —dije. Y añadí—: Problemillas con el novio, por si quieres saberlo.—Ah —dijo—. El Hombre Maratón.
Abrí los ojos, solo un poco, para ver si se estaba burlando de mí.—¿Qué pasa? —dijo—. Vamos, cuéntaselo al tío Will.
—No.
—Mi madre va a tener a los de la limpieza corriendo como locos por lo menos otra hora. De algo tendrás que hablar. (pag 64)

“—Y el pañuelo.
Mi mano fue al cuello a toda velocidad.
—¿El pañuelo? ¿Por qué?
—No combina bien. Y da la impresión de que lo llevas para ocultar algo.
—Pero es que es verdad… Bueno, es que soy toda escote sin el pañuelo.
—¿Y? —Se encogió de hombros—. Mira, Clark, si vas a llevar un vestido como ese, tienes que llevarlo con confianza. Tienes que vestirlo tanto mental como físicamente.
—Solo tú, Will Traynor, te atreverías a decirle a una mujer cómo llevar un maldito vestido.

Aun así, me quité el pañuelo.” (Pag 110)

—Bien. A ver qué te parece —dijo Will, por fin. Me giré, pero no me estaba mirando—. Te voy acontar algo que no le he contado nunca a nadie. ¿Vale?
—Vale. —Expectante, estrujé el pañuelo hasta que se convirtió en una pelota en mis manos.
Will respiró hondo.
—Me da muchísimo miedo cómo va a acabar esto. —Dejó que esa frase flotara en el aire, entre nosotros, y entonces, en voz baja y tranquila, prosiguió—. Sé que casi todo el mundo piensa que vivir así es lo peor que le puede pasar a alguien. Pero podría ser mucho peor. Podría llegar a ser incapaz de respirar por mí mismo, incapaz de hablar. Podría tener problemas circulatorios que causaran la amputación de mis extremidades. Podría acabar hospitalizado indefinidamente. Esta vida no es gran cosa, Clark. Pero cuando pienso en cómo podría empeorar... algunas noches, tumbado en la cama, no logro ni respirar.
Tragó saliva.
—¿Y sabes qué? Nadie quiere oírme hablar de esas cosas. Nadie quiere que hable de tener miedo, o del dolor, o de sentir miedo a morir por cualquier estúpida infección. Nadie quiere saber qué se siente cuando sabes que nunca más volverás a acostarte con alguien, que nunca más vas a comer algo que tú mismo has cocinado, que no podrás abrazar a tus hijos. Nadie quiere saber que a veces siento tal claustrofobia, atrapado en esta silla, que me entran ganas de gritar como un loco al pensar que voy a pasar otro día así. Mi madre pende de un hilo y no me perdona que aún quiera a mi padre. Mi hermana me guarda rencor porque una vez más la he eclipsado... y porque mi lesión significa que no puede odiarme de verdad, como cuando éramos niños. Mi padre solo quiere que todo desaparezca. Al final, todos quieren ver el lado bueno. Necesitan que yo mire el lado bueno.
Hizo una pausa.
—Necesitan creer que existe un lado bueno.
Lou Y Will (Pag 169)

—¿Estás bien? —Descubrí que mi mirada se dirigía a la silla, por miedo a que una parte de él
estuviera aplastada o atrapada, a haber hecho algo mal.
—Estoy bien. Es solo que...
Vi el cuello blanco de la camisa y el contraste con la chaqueta oscura.
—No quiero entrar todavía. Solo quiero estar aquí sentado y no pensar en... —Tragó saliva. Incluso en la penumbra, noté que hacía un esfuerzo—. Solo... quiero ser un hombre que ha ido a un concierto con una chica vestida de rojo. Solo unos pocos minutos más (pag 113)

"No le di opción. Con cuidado, me senté en el regazo de Will y le pasé los brazos por el cuello para no caerme. Me miró a los ojos durante un minuto, como si intentara decidir si sería capaz de rechazarme. Entonces, asombrosamente, Will se dirigió a la pista de baile y comenzó a trazar pequeños círculos bajo las luces centellantes de la bola de espejos." 
(Pag 357) Lou y Will


“—Tú, Clark —se miró las manos—, eres la única persona con la que siento que puedo hablar desde que acabé en esta maldita silla.” (pag 170)

“—De verdad. ¿Me estás escuchando?
Murmuré que sí.
—Entonces, te voy a contar algo bueno —dijo, y esperó, como si quisiera cerciorarse de que le estaba prestando toda mi atención—. Algunos errores... tienen consecuencias mayores que otros. Pero no tiene que dejar que el resultado de un error sea lo que te define.  Tú Clark, tienes la opción de no permitir que eso suceda.” (pag 170)

“Me volví hacia Will.
—¿Will?
—¿Sí?
Apenas lo veía en la penumbra, pero sabía que me estaba mirando.
—Gracias. Gracias por venir a buscarme.
Will negó con la cabeza y dirigió la silla hacia el camino”

“—¿Leotardos de abejorro?
—A rayas negras y amarillas.
—Preciosos.
—Qué cruel eres.
—Bueno, es la verdad. Suenan vomitivos.
—Tal vez te parezcan vomitivos a ti, pero, sorprendentemente, Will Traynor, no todas las chicas se visten para gustar a los hombres.”
(Pag 59)

“Oh, ríete todo lo que quieras. ¿Es que nunca te ha gustado algo muchísimo, más que nada?
Apenas podía verle ahora, la habitación estaba envuelta en la creciente oscuridad. Podría haber encendido la luz del techo, pero algo me detuvo. Y casi tan pronto como reparé en lo que había dicho, deseé no haberlo hecho.
—Sí —dijo, en voz baja—. Sí, claro.”

—A veces, Clark, tú eres la única razón que tengo para levantarme por las mañanas.
(Pag 182)

Tienes que salir de aquí, Clark. Prométeme que no vas a pasar el resto de tus días
atrapada en esta maldita parodia de postal de vacaciones.
—¿Prometerte? ¿Por qué? —Intenté hablar con un tono despreocupado—. ¿Es que te vas a algúnlado?
—Es que... no aguanto pensar que te vas a quedar aquí para siempre. —Tragó saliva—. Eres
demasiado inteligente. Demasiado interesante. —Apartó la mirada de mí—. Solo se vive una vez. En realidad, es tu deber que sea una vida plena.” (Pag 132)

Lo besé, para ver si así volvía. Lo besé y posé mis labios en los suyos de modo que nuestras
respiraciones se entremezclaron y las lágrimas de mis ojos se convirtieron en sal en su piel, y me dije a mí misma que, en algún lugar, unas diminutas partículas de él serían parte de mí, ingeridas, tragadas, vivas, perpetuas. Quise apretar mi cuerpo por completo contra él. Quise inspirarle un deseo. Quise entregarle toda la vida que sentía y obligarle a vivir(pag 244)

—No me importa... lo que crees que puedes o no puedes hacer. No es todo blanco y negro. De verdad... He hablado con otras personas en la misma situación y... hay cosas que son posibles. Formas en que los dos podemos ser felices... —Comencé a trastabillarme un poco. Me sentí rara al mantener esta conversación. Alcé la vista y lo miré a los ojos—. Will Traynor —dije, en un susurro—. Así sonlas cosas. Creo que podemos...
—No, Clark —comenzó.
—Creo que podemos hacer todo tipo de cosas. Sé que esta no es una historia de amor convencional. Sé que hay muchísimas razones por las que ni siquiera debería decirte lo que te estoy diciendo. Pero te quiero. De verdad. Me di cuenta cuando dejé a Patrick. Y creo que tú tal vez me quieres un poquito. (pag 220)

—Lo sé todo, Will. Lo he sabido durante meses. Y, Will, por favor, escúchame... —Tomé su mano derecha entre las mías y me la acerqué al pecho—. Sé que podemos con esto. Sé que no es lo que tú habrías escogido, pero sé que puedo hacerte feliz. Y solo puedo decir que tú me haces..., tú me haces ser alguien que ni siquiera había imaginado. Me haces feliz incluso cuando me tratas fatal. Prefiero estar contigo, incluso con ese tú que a ti te parece tan poca cosa, antes que con cualquier otra persona del mundo. 
Durante una fracción de segundo, sus dedos estrecharon los míos y ese gesto me llenó de valor.
—Si te resulta demasiado raro porque trabajo para ti, entonces lo dejo y me voy a trabajar a otra parte. Quería decirte algo: he solicitado plaza en una universidad. He investigado mucho por Internet, he hablado con otros tetrapléjicos y cuidadores de tetrapléjicos y he aprendido muchísimo, muchísimo, sobre cómo hacer funcionar lo nuestro. Así que puedo hacerlo, y estar contigo. ¿Lo ves? Lo he pensado todo, lo he investigado todo. Así soy ahora. Es tu culpa. Me has cambiado. —Hablaba medio riendo—. Me has convertido en mi hermana. Pero con mejor gusto para la ropa. (pag 221)

—¿Qué dices? —susurré.
—No, Clark.
—¿No?
—Lo siento. No es suficiente.
Bajé su mano.
—No entiendo.
Will esperó antes de hablar, como si, por una vez, le costara encontrar las palabras adecuadas.
—No es suficiente para mí. Esto, todo mi mundo, ni siquiera contigo en él. Y créeme, Clark, toda mi vida ha cambiado para mejor desde tu llegada. Pero no es suficiente para mí. Esta no es la vida que yo quiero.
Ahora fui yo quien se apartó.
—Y lo sé: sé que podría ser una buena vida. Sé que, contigo cerca, tal vez incluso fuera una muy buena vida. Pero no sería mi vida. Yo no soy como esas personas con quienes has hablado. Esta vida no se parece en nada a la vida que yo aspiro. Ni Siquiera de cerca.—La voz se le entrecortó. Su expresión me dio miedo.
—Tú... una vez me dijiste que esa noche en el laberinto no tenía por qué definirme. Dijiste que podía escoger qué me definía. Bueno, tú no tienes que dejar que esa..., esa silla te defina.
—Pero me define, Clark. No me conoces, no realmente. Nunca me viste antes de este cacharro. Me encantaba mi vida, Clark. De verdad, me encantaba. Me encantaba mi trabajo, mis viajes, todo lo que yo era. Me gustaba la actividad física. Me encantaba montar en moto, arrojarme de edificios. Me encantaba aplastar a mis adversarios en los negocios. Me encantaba tener relaciones sexuales. Un montón de relaciones sexuales. La mía era una vida grandiosa. —Había alzado la voz—. No estoy diseñado para existir en este cacharro... y, desde todos los puntos de vista, es lo que me define. Es lo único que me define.”(pag 221)

—Pero ni siquiera le estás dando una oportunidad —susurré. Mi voz parecía negarse a salir de mi pecho—. No me estás dando una oportunidad a mí.
—No se trata de darte una oportunidad. Durante estos seis meses, he observado cómo te convertías en una persona diferente, alguien que apenas comienza a ver sus posibilidades. No tienes ni idea de lo feliz que me ha hecho. No quiero que estés atada a mí, a mis citas en el hospital, a las restricciones de mi vida. No quiero que te pierdas todas las cosas que otro hombre podría ofrecerte. Y, egoístamente, no quiero que un día me mires y sientas un poco de remordimiento o pena por...
—¡Jamás pensaría eso!
—No lo sabes, Clark. No tienes ni idea de cómo saldrían las cosas. No tienes ni idea de cómo te vas a sentir dentro de otros seis meses. Y no quiero verte todos los días, verte desnuda, ver cómo caminas por el pabellón con esa ropa tuya tan alocada y no..., no ser capaz de hacerte lo que quiero hacerte. Oh, Clark, si supieras lo que quiero hacerte ahora mismo. Y yo... No puedo vivir con eso en la cabeza. No puedo. No soy yo. No puedo ser un hombre que simplemente... acepta.”(pag 222)

—Por favor, Will. Por favor, no digas eso. Tan solo dame una oportunidad. Danos una oportunidad.
—Shh. Escucha. Tú, más que nadie. Escucha lo que digo. Esto..., esta noche..., es lo más
maravilloso que podrías haber hecho por mí. Lo que me has dicho, lo que has hecho al traerme aquí...,sabiendo que al conocerte yo era un completo imbécil, es asombroso que hayas rescatado de dentro de mí algo digno de amar. Pero —sus dedos estrecharon los míos— tiene que acabar aquí. Basta de silla. Basta de neumonías. Basta de extremidades que escuecen. Basta de dolor y de cansancio y de despertarme ya de mañana deseando que se acabe el día. Cuando volvamos, voy a ir a Suiza. Y, si es verdad que me quieres, Clark, nada me haría más feliz que me acompañaras.
Mi cabeza salió disparada hacia atrás.
—¿Qué?
—No voy a mejorar. Lo más probable es que cada vez me ponga más enfermo y mi vida, ya tan limitada, se vaya reduciendo más. Es lo que me han dicho los médicos. Hay una serie de afecciones que me invaden por dentro. Las siento. No quiero seguir sufriendo, ni seguir atrapado en este cacharro, ni depender de nadie, ni temer el futuro. Por eso te pido, si sientes lo que dices que sientes, que lo hagas. Ven conmigo. Concédeme el final que deseo.
(pag 222)

—Te digo que te quiero y que quiero compartir mi vida contigo, ¿y tú me pides que vaya a ver cómo te matas?
—Lo siento. No pretendía que sonara tan brusco. Pero no me queda mucho tiempo.
 (pag 223)

—Louisa...
—Pensé... Pensé que ibas a cambiar de parecer por mí.
Will inclinó la cabeza y me miró. Su voz era suave y su mirada amable.
—Louisa, no voy a cambiar de parecer por nada. Prometí a mis padres seis meses y eso es lo que les voy a dar. Gracias a ti, ese tiempo ha sido más precioso de lo que te imaginas. Gracias a ti, estos seismeses han dejado de ser una prueba de resistencia...
—¡No!
—¿Qué?
—No digas otra palabra. —Me ahogaba—. Qué egoísta eres, Will. Qué estúpido. Incluso si existiera la más remota posibilidad de que te acompañara a Suiza..., incluso si pensabas que yo, después de todo lo que he hecho por ti, estaría dispuesta a ello, ¿es eso todo lo que tienes que decirme? Te he abierto mi corazón de par en par. Y todo lo que se te ocurre decir es: «No, no eres bastante para mí. Y ahora quiero que vengas a ver la cosa más horrorosa que podrías imaginarte». Lo que más he temido desde que te conocí. ¿Es que no sabes lo que me estás pidiendo?
La furia me dominaba. Estaba de pie frente a él, aullando como una loca.
—Vete a la mierda, Will Traynor. A la mierda. Ojalá no hubiera aceptado este condenado trabajo.Ojalá no te hubiera conocido.” (pag 223)

Cuando por fin hablé, mi voz era algo pequeño y roto. Lo que salió fue lo único que podía decir sin riesgos.
—Te he echado de menos.
Will pareció relajarse entonces.
—Ven aquí. —Y añadió, cuando dudé—: Por favor. Ven. Aquí mismo, a la cama. A mi lado.
Comprendí entonces que su expresión reflejaba un profundo alivio. Que le alegraba verme de una manera que no iba a ser capaz de explicar. Y me dije a mí misma que eso tendría que ser suficiente.” (pag 242)

Intenté no pensar en nada. Intenté existir, nada más,
intenté absorber al hombre al que amaba mediante ósmosis, intenté grabar lo que quedaba de él sobre
mi cuerpo. No hablé. Y entonces oí su voz. Estaba tan cerca de él que, cuando habló, su voz vibró delicadamente a través de mí.
—Eh, Clark —dijo—. Cuéntame algo bueno (pag 243)

le conté una historia de dos personas. Dos personas que no deberían haberse conocido y que al principio no se cayeron demasiado bien, pero que descubrieron que eran las únicas dos personas en el mundo que podrían comprenderse. Y le conté las aventuras que compartieron, los lugares que visitaron y las cosas que vi y que no esperaba ver. Evoqué
para él cielos eléctricos y mares iridiscentes y noches llenas de risas y bromas tontas. Le dibujé un mundo, un mundo lejos de una zona industrial de Suiza, un mundo en el que, por algún motivo, él era todavía la persona que quería ser. Dibujé el mundo que él había creado para mí, lleno de maravillas y posibilidades. (...) Le conté algo bueno. (pag 243)

Will Traynor


Clark:

Cuando leas esto habrán pasado unas pocas semanas (incluso con tus dotes organizativas recién descubiertas dudo que hayas llegado a París antes de comienzos de septiembre). Espero que el café sea bueno y fuerte y que los cruasanes estén frescos y que aún haga buen tiempo para sentarse fuera, en una de esas sillas metálicas que nunca quedan del todo firmes sobre la acera. No está mal, el Marquis. El bistec también está rico, por si te apetece volver más tarde a comer. Y si miras por la calle, a tu izquierda, verás L’Artisan Parfumeur, donde, cuando termines de leer esta carta, deberías ir a probar el aroma llamado algo así como Papillons Extrême (no lo recuerdo bien). Siempre pensé que te iría muy bien.

Vale, se acabaron las órdenes. Hay unas cuantas cosas que me gustaría decirte y te las habría dicho en persona, pero,en primer lugar, te habrías puesto toda sentimental y, en segundo lugar, no me habrías dejado decir todo lo que quería decir. Siempre has hablado demasiado.

Por tanto, aquí lo tienes: el cheque que recibiste en el sobre inicial de Michael Lawler no era la cantidad completa, sino solo un pequeño regalo, para ayudarte durante las primeras semanas de desempleo, y para que fueras a París.

Cuando vuelvas a Inglaterra, lleva esta carta a Michael en su despacho de Londres y te dará los documentos pertinentes para que tengas acceso a la cuenta que ha abierto en tu nombre. Esta cuenta contiene lo suficiente para que te compres un lugar agradable donde vivir, para que te pagues la carrera y para cubrir tus gastos mientras eres estudiante a tiempo completo.

Mis padres ya estarán informados al respecto. Espero que esto, y el trabajo jurídico de Michael Lawler, simplifiquen los trámites en la medida de lo posible.

Clark, desde aquí casi oigo cómo empiezas a hiperventilar. No te pongas de los nervios ni intentes regalarlo: no es bastante para que te quedes de brazos cruzados el resto de tu vida. Pero debería ser suficiente para comprar tu libertad,tanto en lo que se refiere a ese pueblecito claustrofóbico que los dos consideramos nuestro hogar como a las elecciones que te viste obligada a tomar hasta ahora.

No te doy este dinero porque quiera que te sientas nostálgica ni en deuda conmigo, ni tampoco para que sea una especie de maldito recuerdo.

Te lo doy porque casi nada me hace feliz a estas alturas, salvo tú.

Soy consciente de que conocerme te ha causado dolor y pena, y espero que un día, cuando estés menos enfadada conmigo, comprendas que no solo hice lo único que podía hacer, sino que eso te va a ayudar a vivir una buena vida, una vida mejor, que si no me hubieras conocido.

Te vas a sentir incómoda en tu nuevo mundo durante un tiempo. Siempre es extraño vernos fuera del lugar donde estábamos cómodos. Pero espero que también te sientas un poco dichosa. Cuando volviste de hacer submarinismo esa vez, tu cara me lo dijo todo: hay anhelo en ti, Clark. Audacia. Solo la habías enterrado, como casi todo el mundo.

No te estoy pidiendo que te arrojes de un rascacielos ni que nades junto a ballenas ni nada parecido (aunque, en secreto,me encantaría pensar que lo estás haciendo), pero sí que vivas con osadía. Que seas exigente contigo misma. Que no te conformes. Viste con orgullo esos leotardos a rayas. Y, si insistes en conformarte con algún tipo ridículo, guarda a buen
recaudo una parte de este dinero. Saber que aún tienes posibilidades es un lujo. Saber que tal vez te las he proporcionado ha sido un gran alivio para mí.

Eso es todo. Te llevo grabada en el corazón, Clark. Desde el primer día en que te vi, con esas prendas ridículas y esas bromas tontas y tu completa incapacidad para disimular una sola de tus emociones. Has cambiado mi vida muchísimo más de lo que este dinero cambiará la tuya.

No te acuerdes demasiado de mí. No quiero pensar que te vas a poner sensiblera. Vive bien.

Vive.
Con amor,
Will

2 comentarios:

  1. Es lindo pensar que en su último acto de amor procuró el bienestar de su amada muy a su pesar de no poder vivir una vida plena junto ella y que se sacrificó librándola de tenerla encadenada a una vida de completa de dedicación a él. Pero por otra parte hubiera preferido un final en el que él decide ser valiente y vivir a pesar de las dificultades, y que le da a ella también la oportunidad de elegir. Ella estaba dispuesta a vivir con él de esa manera y juntos superar la adversidad ¿acaso no es eso lo que hacen dos personas que se aman? ¿no comparten alegrías y tristezas, pesares y logros, risas y lágrimas? No lo sé de cierto, Quizás soy un poco idealista... pero, yo lo haría.

    Y muchas gracias por las citas del libro, están geniales, también considero que son mis favoritas

    ResponderBorrar